17 feb 2013

Sin secretos entre sombras

Los acomodadores en el cine la tristeza de conocer los secretos de la oscuridad 1 de 2 <> pero = Existen trabajos, profesiones y modos de caminar el mundo que nos alejan de la magia. Si, está es por si misma demasiado efímera, de una tangibilidad sólo presente en las profundidades del alma; no por esto deja de tener peso, de ser una certeza, un hecho irrefutable. Los trabajos! Imaginemos los acomodadores en el cine, seres que podríamos considerar pequeños, monótonos esclavos del buen modo, que disipan entre penumbras los temores de nuestros pasos y nos guían hacia un pequeño placer. Que será de ellos cuando la luz cobra vida, seres que pasan gran parte de su día en penumbras, pero no sólo eso, sino, mejor dicho, domando las mismas. Imagino manejarse de modo natural entre sombras sea acaso un modo de morir languidamente, saberse inmutable ante aquello que se nos presenta como perturbador desde lo más primitivo de nuestro ser, se me hace un karma difícil de digerir. Y aún así ellos van.

4 feb 2013

Júpiter

Buscarle forma a las nubes es cosa de críos? hablar con los astros es cosa de adultos que aún sueñan? Como sea los dos son buenos planes si uno intenta alejarse de la mundana y superficial vida cotidiana. Tal vez sólo fue la tormenta que antecede al huracán... que, no era así? Mi locura se viste con palabras, muchas de ellas latentes en nuestro léxico, pero con una pulsión débil, estimó necesariamente por esto me resulta bello encontrarlas. Esa locura hecha palabras busca a el papel (antiguamente) y los bits (hoy día) para dejar su huella, pero nunca hice uso de las opciones que indique al inicio del texto. Bah alguna que otra vez le busque forma a las nubes, pero hablar con los astros? No eso era definitivo. No es que mi locura perdiera consistencia y se escapara al asunto, más bien era suponer a los astros demasiado metidos en su vida celestial para llegar a prestarme atención. Pero... Llegó el momento, ver si podía mantener una conversación con alguno de "ellos"; por supuesto la elección fue Júpiter, me llegó "un dato" sobre su brillo en estas fechas, del hecho de poder verlo en esas posibilidades infinitas escondidas sobre el lienzo estelar. Pero... A veces le escapó a la conversación, no por desinterés, sino todo lo contrario, por querer disfrutar un monólogo (escuchar al otro). Supuse me resultaría más grato "escuchar" las fábulas relatadas por Júpiter a plantearle que de buena gana escuchará las mías. Y así me dispuse, un pequeño balcón, en la simpleza de una silla plástica, con la alegría de los pies sobre la mesa, que podía fallar? Vamos no conté con las nubes sumándose al encuentro, dispersando esa posibilidad mejor dicho, Júpiter seguía ahí, yo era quien no, mi vista envuelta en su lógica no llegó a encontrarlo. Pero quisieron las nubes mejorar esa intromisión y desplegaron un ejército de pequeñas gotas, puro placer para aliviar el día y su calor. Hoy no se si acaso fue celos de Júpiter hacia esas nubes, enojó hacia mi por no haber logrado verlo, la cuestión es que manifestó sobremanera el asunto El árbol de la puerta en casa da fe. Yo en mi mundo no lo escuché caer! Hoy no se si volveré a intentar escuchar a Júpiter, ya veré.