3 ago 2008

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Voy a contarles una historia.

Y es plenamente cierta.

Quien sabe hacia donde va la verdad?

Bajo un cielo de locos patetismos deambulamos.

Tengo un sueño, muerto, sin saber donde apuntar, se que es verdad, déjenme contar la historia.

A mil millas de aquí, miles y miles de millas tal vez, existe una verdad que se lleva consigo todas las locuras.

Pero puedo seguir recorriendo caminos insípidos, deambular sinsentido el alma, sucumbir a la locura del patetismo de todo cuervo reluciente, y aun así, saber de la superficialidad de las heridas.

Olvide las tragedias del alma, eso, seguramente pertenezca a Shakespeare, déjenme decirles, a mil millas de aquí yo seria Poe, así, sin mas, sin remordimientos, plenamente libre o mas bien atado a un cuervo,

Como?
Es esto cierto?, estas tentando al diablo aquí?
Que hace el aquí?, porque se regodea, alguien sabe que hace?

Me siento repugnado, si algún día supiera la verdad, podría romper el molde, canta esta canción, se que tenes la voz.

Que?

A veces me siento, como decirlo, con la verdad en las manos, dueño de ella, mirando al mundo me doy cuenta cuanto loco suelto anda, y justo después, veo eso que esta justo frente a mí y no es más que un espejo…

Entonces deje el libro, mil millas mas acá, o habiendo llegado, quien sabe, pero loco, si, como tantos.

Y el Jerq., tuvo su réquiem, como todos, bajo la alada pluma del diablo, no muy cercano a dios, estupido Jerq., tuvo su elección y escapo a la verdad, el agua disfrazando la cara, mil ondas transformándose en letras, gotas sangre-tinta, bailando como monos, deseando la llegada de una oda que disipara mi apetito, trato de creerme, mis letras están ahí, a mi alcance, mil millas, cual réquiem siento que el diablo se acerca a dar el pésame, no demasiado cerca, tratando de tomar sus precauciones, sonriéndole a dios.

Siempre supe que era un soldado, pero nunca descubrí a que causa profesaba.
Son solo negocios, vaticinio el cuervo, piensa en la resurrección, será como regrabar la misma estupida canción, no hagas esto por nada.

Deja la canción correr, volvamos al coro.

A mil millas la verdad danza sobre la palma de mi mano.










Solo silben, el resto les tiene que chupar un huevo.